La verdad, nosotras no tenemos una respuesta absoluta ni única. Sin embargo, hemos visto cómo han surgido varias propuestas de todos los que estamos en el mundo del yoga, profesores y practicantes avanzados, que durante esta época estamos atentos y queremos mantenernos en contacto con nuestros alumnos, así que nos atrevemos a darles unas recomendaciones necesarias de acuerdo con nuestra experiencia.
Nos encanta ver cómo la creatividad ha derivado en clases en directo por todas las redes o medios de comunicación online, o los pequeños tutoriales de Instagram, o los posts inspiradores para quienes buscan calma en medio de la tormenta, pero es importante reconocer cuál es el medio indicado para cada cosa, por ejemplo:
Una foto no es el formato ideal para enseñar una postura. Tanto si eres profe, como si eres practicante, creemos que es irresponsable intentar imitar una instantánea de alguien experto y que no sabes cuánto tiempo le tomó hacer esa captura “perfecta” (porque muchas veces ni siquiera es un Asana bien hecha, sino que sacrifican alineación por estética). Si tu idea es mostrar nuevas posturas, lo ideal es que hagas videos donde no solo demuestres la forma segura de entrar y salir de ellas, sino que también tomes en cuenta que personas de diferentes niveles te verán a la vez. Dale alternativas a todos.
¡Interactúa y mantén tus publicaciones regulares! Hay cientos de ofertas en línea para quienes quieran practicar yoga, pero nadie lo hace como tú. No pierdas la oportunidad de mantenerte en contacto con tu base de alumnos, preguntarles lo que necesitan y apoyarlos durante su aislamiento.
Dale importancia a la alineación y a los nuevos practicantes. Un yogui avanzado te verá y lo entenderá todo, pero los principiantes son los que más necesitarán de tu asistencia en este momento. No des nada por sentado, explica las cosas como si estuvieras enseñando desde cero (o advierte qué nivel de clase estás dando)
Recuerda que no todo es práctica física. Somos defensoras de la enseñanza segura, de la consciencia sobre la movilidad y del hincapié que se debe hacer sobre los asanas bien realizados. Pero además, tómate el tiempo de hablarle a tus alumnos sobre la filosofía, los orígenes y la historia detrás de la práctica. Comparte desde tu percepción, desde tu pasión y transmite esa calma y esa búsqueda por la meditación que al final, la mayoría busca cuando se acerca al yoga.
Procura enseñar solo las cosas que realmente domines. Así como le recomendamos a los alumnos no comenzar a hacer invertidas sin supervisión, la misma responsabilidad debemos tener los profes. Si no te sientes capacitado para transmitir algo en persona, quizá las redes sociales no sean el menor momento para intentarlo. Ofrece conocimientos responsables y avalados.
¡Comencemos una conversación! Tanto alumnos como instructores, ¿están de acuerdo con esto? ¿Qué es lo que más les funciona para practicar/enseñar?
¡Nos vemos pronto!